domingo, 21 de abril de 2013

Injerto orgánico

mi cuerpo canta, se abre en el canal más abierto de todos los canales y se descompe en su canto fúnebre, más fúnebre que canto, acaso, sí y todos los acasos son el pus que vomitan los niños muertos, los niños anclados al útero, mi cuerpo canta, las costillas se despliegan y comienzan a volar, mi cuerpo se pliega en sí mismo y hace cosas: sangra por placer, por el placer de morir, de morir en celo, moririse en celo. El motor, como siempre, en el hígado. En el núcleo del núcleo, ¿era esto la vida? Esta encrucijada por coger el fruto más lejano, el menos jugoso, el delirio de tener pies. El cuerpo que canta, el cuerpo que gime, el sol que se cuece, el mar que se hunde, MI VAGINA HAMBRIENTA QUE SE PUDRE, MI VAGINA PODRIDA QUE LLORA, QUE TIENE FRÍO, SECA COMO UNA PASA  MUERTA estoy viva y por eso bullo
estoy tan viva que muero, noto las yemas de mis dedos deseosas de callos, hambrientas de callos, y estoy tan viva que soy un insulto para los muertos

la manta de mis flores, soy un esbozo, HE AMADO COMO UNA MUERTA DE HAMBRE, HE AMADO CON LAS COSTILLAS PELADAS Y EL CULO POMPOSÍSIMO HE AMADO CON LA RABIA DE MI ABUELA JULIA Y CON EL AMOR ENQUISTADO QUE DIOS ME COSIÓ AL CUERO CABELLUDO,  MI CUERPO GIME, MI CUERPO MANDA EN ESTA ALGARABÍA

El mantra de la vida eterna

el amor de la rabia lenta
yo te quiero comer la vida y explotar,  
quiero exhibir estas piernas roídas

la tierra palpita porque tú,  
y soy yo

Entonces el poder se desgrana en gajos de mandarina
y vuelven las olas y los azotes del fuego,
y el tiempo de las ampollas en los labios
y el cutis lijado por la sal.
El tiempo protozoico del amor.
Y se pudren las galletas en el fondo del armario. 

Y cacarean los perros 
y todo vuelve a estar en un desquiciado
estado de calma