martes, 29 de marzo de 2011

El del hemisferio boreal

Muchos siervos coetáneos menosprecian el griterío alterno, la patata pelada, el fonema desgastado en unos labios cansados de acariciar tabiques. La corriente subversiva, el psicoanálisis patatal, el dedo amargo que nos niega la entrada, un paraíso incongruente con cierto toque rococó, la muerte, el vodevil, los desenlaces. Y entre tantas cabezas rodando y tanto trópico de Cáncer, el equilibrio cero acontece, se hace el silencio y una pelusa episcopal metamorfosea en sublime lengua mordedora.

jueves, 24 de marzo de 2011

Flamigell fugit

Tengo ganas
de crear un microclima,
una sandez,                         
una puritana perversión
que invite a claudicar.

Tengo antojo
de emponzoñar
los meollos dactilares
y comenzar a discernir
entre el sudor de las pupilas
y el olor meditabundo del barniz 
y la saliva.  






Me susurro por temor a los del medio

Las calles amanecen empavesadas de moños, de vaginas con hambre, de garrotes, de ponys y de guadañas.
Lo escarchado, lo febril, lo onírico se pudre, se queda atrapado en el esfínter anal. Dios es débil y tiene frío y está acojonado igual, igualito que yo. Y Dios me dice que el veneno es llano y huele a rosas y enfatiza esta desilusión por la vida, este acérrimo desatino. Y este yo, que soy yo, pero que también eres tú, y es el chico de la felación, y el santo bedel del metro; este yo, que somos todos, se muere de ganas de vomitar las ganas de desgarrar pieles y de cubrir las almas con los menjunjes más sagrados que manan de las vísceras.

martes, 22 de marzo de 2011

eh, un momento (II)

El problema de este siglo 
es que no hay pozos acolchados 
ni niñeces que no sean en vano,
sin embargo,
existen manuales para aparearse. 

martes, 15 de marzo de 2011

Adivinanza epiléptica

me laten las sienes al ritmo acelerado
del crecimiento de una flor [cuando le sobran las raíces].

cinco horas charlando sobre pécoras y termitas.

una nariz con complejo de cartabón que araña el aire con su cúspide


la pelvis se derrite con el ritmo de la fricción

un caldo, un machete, el mundo es la pésima canica, el más
grande de los disparates, la mujer más mujer, el hombre más perro, 
un enigma caucásico, un casi estornudo de la hormiga que prostituye 
su intelecto, fruto de la unión morganámica entre el Rey Alimañana y la paupérrima deidad.

la eternidad es terca porque todo el rato se remite a sí misma
y reincide

y ¿cómo es posible que una saliva ajena esté rasgando mi tráquea?

Esto es:
una voz a trompicones porque está a punto de gemir

martes, 8 de marzo de 2011

HAY QUE MIMETIZARSE CON EL SONIDO

y volverse letra, y ser letra, y convertirse en el parlamento que fluye de una boca a unos tímpanos, abrazarse a las ondulaciones de la dicción exacerbada por el paso de los siglos y de las mareas. Así tal y como tú pronuncias la te, me dan ganas de estornudar. del gusto. Hay que lamer los segmentos del discurso y permitir el vómito de agua bendita en forma de requiebro lingüístico. Mira como rasga la letra al aire, con sus bordes afilados hambrientos de venganza expresiva. Yo en verdad soy cubana , y soy letra, y soy maldita. Una maldita letra cubana.

HISTORIA ADREDE

te tengo clavado en la garganta,
como un punzón petrificado.  

de hecho, 
si trazo el contorno de tus sienes,
me arden las pestañas. 

pero más triste se me antoja
vivir de mentira y morir de verdad
en un ínfimo escenario emponzoñado.

jueves, 3 de marzo de 2011

Manuela

Manuela es una hembra     
con una tenebrosa predisposición
a sentir por los poros de la piel,
a llorar azufre,  
a tantear el azar con deliciosa picaresca.
A dejar que el alma se consuma con
los cientos de poemas
de debajo de los párpados del prójimo.
A mirar el cosmos con sus ojos hipertróficos,
a enebrar una aguja mientras es amada por su perro.       






 


El petit Ossián



¿qué pretendes, vida, con tanto tambaleo?
dime que tu pretensión es lo suficientemente interesante
como para no darte una patada en el culo.
Las catedrales me dan la razón,          
alzan las dulces banderas del libertinaje
y medran como poeta en cafetín de Buenos Aires.
Me gustaría vivir en un pene de cristal,
o no sé, al menos tener las manos suaves.
Y la voz áspera, áspera.

Tópicos literarios que siguen siendo frescos en su reincidencia

El hedor a necedad, a lodo hondo, a acetona ¿cómo me curaré de este circo tan absurdo como el tiempo? Y en la herida el idiotismo que se pudre, que fermenta en la sazón macilenta, que se cuece en su propio jugo, su propio pus de vedette rusa pusilánime. Esta memez elevada a la máxima potencia, este delirio desmedrado que se ha quedado en burda incongruencia. Soy juzgada por la máscara veneciana que tiene un callo en los ojos de tanto no llorar. No concibo nada más etéreo que la cerveza incrustada en los pulmones del mar, en forma de cristalitos metacósmicos. Una rana, dos ranas, tres tomates como pulpos, como abortos del amor entre meapilas y sotana. Soy la princesa de este bacanal de heces y como tal, debo pintarme mis uñas con sangre coagulada.