con una tenebrosa predisposición
a sentir por los poros de la piel,
a llorar azufre,
a tantear el azar con deliciosa picaresca.
A dejar que el alma se consuma con
los cientos de poemas
de debajo de los párpados del prójimo.
A mirar el cosmos con sus ojos hipertróficos,
a enebrar una aguja mientras es amada por su perro.
a llorar azufre,
a tantear el azar con deliciosa picaresca.
A dejar que el alma se consuma con
los cientos de poemas
de debajo de los párpados del prójimo.
A mirar el cosmos con sus ojos hipertróficos,
a enebrar una aguja mientras es amada por su perro.
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