Quiero que me agarres por un pie y me agites, recoloques así todos mis
músculos en su posición inicial. Relajar los huesos. Me abro de piernas en el
limbo y algo ocurre: los bebés flotan como monedas, como nubes de carne blanda,
Yo nos disparé furiosa y lo volvería a hacer, es así: “te
quiero a poros” y es así, y en una sola frase se enclaustra la masa
concurrida por miles de dioses, politeísmo a ultranza. Dioses que se
superponen, dioses con afán protagonista, dioses con pretensiones de primera
vedette.
Te quiero por un descuido de los astros, un estornudo en la galaxia:
MENTIRA, eso es literatura de folletín. Cerveza en un chupito. CASPA.
Te quiero sin la serenidad que creeré que me darán los años. O los
polvitos blancos, en el mejor de los casos.