domingo, 6 de diciembre de 2015

evocación agradable

me imagino una sincronización de los cuerpos que quiero

y por supuestísimo que se me humedecen los ojos.

la utopía de los seres esculpidos en el aire, como yo, es que los cuerpos a los que aman se sincronicen y generen una sintonía juguetona y popular."Copla de los cuerpos que amo", "Bulería de los cuerpos que amo". "Tango de los cuerpos que amo". "Rumba de los cuerpos que amo".

me imagino a todos los cuerpos que amo vinculados por una especie de fuerza gravitatoria y entonces forman una constelación.

Me haría un vestido con los cuerpos que amo para llevarlos siempre encima.

CUERPOS DE LOS SERES QUE AMO, QUIERO DECIROS QUE ESTÁIS CONECTADOS ENTRE VOSOTROS POR MI AMOR.

Los cuerpos que amo son como continentes con sus fronteras políticas, sus tradiciones centenarias y sus crisis de identidad. Unidos por una amalgama de agua y roca. Me gustaría editar "El Atlas de los cuerpos que amo" y quizá dar conferencias.  

Tengo varios tótems.






miércoles, 14 de octubre de 2015

a la espera de convertirme en fuego

mi dinámica natural es, continuamente, estar a punto de combustionar de manera espontánea.

estoy atrapada.

a veces siento que la parte de mí que de verdad soy yo está obscenamemente enganchada al reverso de mi esqueleto y, a su vez, mi esqueleto está rabiosamente adherido a mi piel. Y mi piel está pegada al espacio que ocupo. Y siento la presión de esa concatenación de pegatinas. Y hay un agujero negro a la altura de mis costillas, hacia el que se proyecta peligrosamente mi cuerpo.
Voy a ser absorbida por mí misma,
voy a desaparecer pero el otoño sigue su curso.

mi motor vital es el miedo a morir y, sin embargo, ya estoy muerta.

Y repito los mismos recursos, las mismas estructuras cerebrales,
soy un ciclo de lágrimas y babas humeantes
Y repito el mismo sentido del dolor,
la misma angustia mientras eyaculan las nubes en la tierra fértil.
El mismo miedo a morir durmiendo, la respiración de hierro, las amígdalas rojas de rabia,
la misma danza de patadas, soy yo pero soy el peso de mi linaje. Los rencores de mi abuela,
los celos de mi bisabuela, la tristeza de mi madre. Soy la desembocadura de un rio de lava y petróleo. Una corona de margaritas y soy la reina y mi cetro es un olivo centenario.

la gloria eterna metida en una hucha
y, siendo objetiva, como si fuese una lectora de lo que escribo,
son tan tiernos mis intentos por sobrevivir.


miércoles, 16 de septiembre de 2015

Un día nació un ave milenaria.

¿dónde está la conexión perdida entre la tierra y los órganos,
entre el cielo y lo sucio?
Hay algo interesante en el catecismo porque intenta, 
en su delirio, 
enseñar mediante dogmas mnemoténicos 
el significado más profundo de la vida. 
Como si dios no fuese una broma colgando de la luna. 
Un azar en la camisa. Un perrito en el desierto. 
Recuerdo aquellas noches enferma en una cama ínfima,
incubando un secreto terrible en los flujos de mi pubertad .
¿Acaso hay más verdad en un refugio de árboles que en una
tumba de Pepsis? 

siento asco, en mayor o menor medida, de todas las cosas que me rodean


es tan enternecedor ver a un gordo llorando. unos ojos minúsculos en medio de tanta piel que rebosa vida enquistada. 


Enséñame algún camino y te daré mi amor. 


un faraón venido a menos me contó que todo Egipto era una patraña y me dieron ganas de llorar porque yo andaba carente de verdades eternas, enormes, de esas que configuran un universo de tres dimensiones. 

Estoy preparada para creer en algo, lo que sea. Dame un motivo y te daré mi vida: la televisión, la podología, el flow, la tauromaquia. Some food for my soul.

Imagino toda mi piel policromada. Me imagino de madera como si fuese una estatuilla y es muy gracioso pensar como lo haría un objeto inanimado. Pensar termitas, pensar texturas, pensar relieves.

Yo estoy en mi cabeza por ello no temo la decapitación inminente. 

domingo, 13 de septiembre de 2015

La furia reseca

Estar al borde de un precipicio (de un precipicio por antonomasia)
es el momento más tranquilo de la vida porque no hay nada que perder,
ni nada que ganar, ni nada que sentir porque ya se ha sentido todo.
No quiero dar miedo. Solamente he venido a explicarme.
No pretendo abrir almas en canal, solamente he venido a explicarme.

Me he sumergido en todas las alcantarillas de mi ciudad
en busca de una especie de gurú que me ayude a entender el hedor.
He atravesado todos los hipódromos susurrando a los caballos
para atrapar un misticismo cotidiano que mantenga mi diafragma liberado.
He mirado a través de todas las mirillas para ser llamada observadora.
No hay manera de alcanzar la ansiada paz mediante mecanismos de fricción,
ni juegos de artesanía literaria, ni mantras tibetanos.

No he venido a defenderme.
pues me abstengo de mí misma.
No he venido a acariciarme,
pues dimito de mí misma.
No he venido a perdonarme,
pues finiquito,
finalmente,
mis presencias.

Un momento, por favor. No he venido, ni siquiera, a explayarme en lamentos categóricos.
Es verdad que existen en la historia ciertos momentos de desgarros metaexistenciales, desgarros del tiempo y del espacio, desgarros universales y ancestrales de los cuales es imposible emitir un juicio, porque los vocablos humanos aparecen en estos casos como perritos castrados con un lacito turquesa en lo que hubo sido el aparato genital.

la paz es un dinosaurio rotundo que se despereza.

En este ambiente entumecido hay el tallo de una flor flotando cerca de la lámpara.
¿Dónde ha quedado la decencia?
Me empeño en protejer los trozos que me conforman,
Mantengo intacto mi instinto de supervivencia, soy, en definitiva, una buena hija de mi raza humana, de todas las razas vivas.

visualizo mi muerte como un baile de escobas.


lunes, 7 de septiembre de 2015

El problema de los universales en un mundo medieval

Aquí estoy
empapándome de las nuevas modas,
de los nuevos medios,
de mis cien mitades.
Pero, por lo visto, soy impermeable.
Estoy hecha de chubasquero y me lluevo encima y no me mojo
y me trueno encima y constantemente me electrocuto.

¿dónde pastan tus vaquitas?
Las mías en un limbo geométrico donde el lodo es gelatina.

pienso en una especie de lago doliente con mil contracturas. Muy quieto, para no quebrarse,

[En algunos momentos es posible concentrar en el estómgao un trocito de toda la energia del universo. Pero a veces el cuerpo no puede soportarla y sufre espasmos para liberarla. Náuseas. Y entonces, te sientes tan ridículo, tan alimaña, porque ahora el aliento te huele a electricidad podrida.
El trozo de toda la energía del universo se te ha escapado por los conductos gástricos en forma de bilis marrón.]

La paz acecha pero no acaba de instalarse.

Por otro lado:
hay algo en algunos ojos que me gusta.
por supuesto, es en aquelllos donde me veo, donde me reconozco dormida, agarrada a una almohada paradigmática.
Me gusta verme reflejada en el prójimo. Es un instinto, imagino, tan primario como seguir naciendo mientras se nace, como no paralizar el propio nacimiento en un arranque de rebeldía primigenia. 

¿QUÉ HACER CUANDO NOTAMOS QUE VIENE EL LOBO? 

PUES PRECISAMENTE correr hacia el vientre materno y pedir permiso para pasar la noche al abrigo abandonado de la matriz de la mamá. Si el permiso es denegado pues vamos al camello más cercano que es, podríamos decir, como una especie de matriz ortopédica que nos ayuda a contar lunitas cuando hiperventilamos. 

Yo, personalmente, (Yo, animalmente) 
siempre he empatizado mucho con la obesidad,
con la droga, con la iglesia, con el incesto,
con los vicio más prosaicos.
Con explotar y dar la vuelta a la tierra diez mil veces.




martes, 19 de mayo de 2015

La muerte es Kandinski

Quiero
hablar contigo con palabras sencillas:
como poner el flan en el plato para aprovechar el caramelo.
Así, como llenar de migas el mantel.
Como cenar un bocadillo
o, simplemente, como ir a tirar la basura en una carretilla.

Aunque, por otra parte,
la muerte se expresa,
muy seguramente,
en un lenguaje no figurativo.

La muerte me ha enseñado que por desgracia no creo en dios.

Te imagino sonriendo como un fantasma risueño,
y haciéndome jugarretas que en esta dimensión son bromas pesadas
pero, es que en tu supramundo los códigos cambian:
las cuchilladas son caricias fuertes
y la fuerza cinética es un estornudo.

Cuando alguien me sonríe
rápidamente siento deseos de contarle quién has sido,
y, sobretodo, qué parte de ti ha quedado en mi gesto.

Soy miedosa como un pingüino que tiembla
y sin embargo.
sin embargo,
Sin embargo siento algunas veces
una vocecita que me dice que soy un roble.
A veces siento un vínculo leve pero indestructible
con alguna cosa muy antigua e imperecedera.
Me protejo del hecho de que ya no existas
emocionándome
cuando alguien achina los ojos al partirse de risa.

Es rarísima esta sucesión de acontecimientos.
Y compruebo que tal y como contaban los libros,
la infancia queda atrás.


sábado, 25 de abril de 2015

Dios te salve, María

Me dispongo a deshacer el nudo de esta corbata cósmica.
Y sucede que se me amarra al cuello como una garrapata
y, por supuesto, como todo ser humano ante su desgracia,
me pregunto por qué.

Tengo una especie de maldición muy rara.
Cuando nací vino una bruja y me dijo al oido
que tendría un fuego en el estómago
que a veces me abrasaría cada fibra de mi cuerpo minúsculo:
de la puntita de mi meñique sin uña
hasta el rizo más puntiagudo de mi cabeza ovalada.

Me dijo, también, que un cuchillo sostendría mi eje,
y sobre un cuchillo daría vueltas.
Es por eso que cada vez que respiro mis costillas se parten en pedazos.

Pero esa puta bruja también me concedió una capacidad de recuperación tan grande
como si yo fuese el toro más bravo.

Y no te creas que lo hizo por piedad.
Lo hizo, la muy puta, para que pudiese morir y renacer infinitas veces. Para que el dolor fuese eterno.

Me siento tan llena de una sustancia pegajosa.



sábado, 21 de marzo de 2015

Vienen los de la tele a preguntarme cosas



vivo dentro de una vaca y los días son cortos y yo corro hasta los precipicios.
Miro,
cuento los embalses de agua,
repaso los troncos de los olivos,
y agacho la cabeza.

el curso fluvial tiene un color metálico
y hay mucho desorden en los ciclos lunares.

Un momento
de calma

Los leones me muerden el culo y a mi solo se me ocurre quedarme bloqueada,
soy espectadora de un banco de peces que me mea encima

toda la fauna escupe sus excrementos sobre mí
el clima va cambiando y va surgiendo delicademente un elemento indefinido
la cosecha crece una y otra vez,
los mitos se reinterpretan,

los antiguos siempre serán antiguos
¿qué le pasa a la tierra que cada vez es menos marrón?

Estoy sobre estimulada, por eso ya no siento.
como si tuviese el cuerpo lleno de genitales pelados.

Aquí estoy.
esta desesperación insípida se me agarra a los huesos con sus manitos leprosas.

querría, por supuesto, quitarme las braguitas lentamente
y que mirases.