jueves, 30 de junio de 2011

VIVA LA ZARZUELA Y EL GÉNERO CHICO

Yo quise perturbar las expectativas, diferir en opiniones y en tocamientos, confundir al prójimo con juegos malabares traducidos a movimientos pélvicos. Alimentarme con frijolitos chinos y emborracharme a base de sake. Tener mucha tos y denunciar las actitudes casposas.
Esa era yo hasta que ocurrió la desgracia, la hecatombe de lo kitsch, mi infarto social:
el terciopelo se quedó calvo, la musa yonki de los arrabales cogió la baja por maternidad y el punk decidió suicidarse,
en conclusión; un drama para una chica coqueta y pragmática como yo. 


un dogma, como cualquier otro

Los impulsos más ancestrales salen disparados de las palas ilíacas hacia el infinito
y se deshacen entre los dedos del incompetente que diseñó la luna.

Pero tú, que eres frígido, tenso,
incesante en la pretensión de la inercia paladina.
Tú no sabrás nunca qué es morir y renacer y remorir
de una ansiedad tan terrible como deliciosa.
El hígado que agoniza, las ingles en celo,
el pavor.
¿cómo canalizarás la vida, el frenesí de la sangre que fluctúa,
el organismo atiborrado de calor? ¿cómo?, querido

y te compadezco, amigo. 



lunes, 27 de junio de 2011

l'authenticité du Maroc


Es grotesco
el combate dialéctico
entre la ansiedad y el temple.
Torpes balbuceos
que dejan en evidencia
la ingenuidad del ser

SEÑOR ALIEN, LLÉVEME CON USTED

Mis poros te reprochan tu identidad tardía.
Tus liendres rechazan mis cabellos.
Mi ombligo y tu ombligo
no atienden a normas de cohesión
y menos de coherencia.
Entre pezón y pezón
una carretera de excusas
abocada al precipicio de un pubis fingidor
que busca perdonarte por no ser quien debieras.
También tus dedos hacen acto de presencia
recordándole a mi cuello que sólo alberga una tráquea,
la cual conduce, inevitablemente,
a una vagina un tanto anónima.

Te odio porque tú no eres él,
pero tú también me odias
porque yo tampoco soy ella.

Nos declaro tristes,
tristes y abstemios.

sábado, 25 de junio de 2011

De nadas y otras cosas
está hecho el cuerpo humano.


es un hombre que tiene un nombre largo con varias consonantes, pero eso es banal,  lo importante son sus ganas. No son ganas concretas de comerse el mundo o de participar en una orgía multiracial. Tampoco ganas de triunfar en el mercado de los ataúdes ni de bailar sobre el capó de un autobús. Son sus ganas inciertas lo que llama la atención. Materia prima de ganas. Ganas de tener ganas.
Cuando mira, mira con ganas, como si mirar costase esfuerzo, mira con la certeza de que mirar dará sus frutos en forma, seguramente, de perfil helénico tatuado en la retina.

como mucho unas ganas inhumanas de beberse la resina de todos los árboles,

domingo, 19 de junio de 2011

Mi existencia incondicional y ser, fielmente, ser.

Su todo y mi embriaguez es como un lagarto que llora a un nadie.  Concreto. Y traslúcido como semen en septiembre sin más consuelo que el de saberse estéril.
Y el flujo se expande como los pulmones  en las costillas y yo lo único que entiendo es que estoy borracha.
Acaso es más lúcida la perspectiva de un cigarro entre índice y anular porque yo me muero de pena y de hambre y a la vez de euforia. Es (¿soy?) una señorita de Avignon, la comptesa de Girona,  una ninfa enamorada del matiz perro de la vida. ¿Es esto? - Es esto la vida- me responde Dios, encarcelado entre las nubes, entres los subsuelos más huraños del infierno.
Aquí se encauzan los ríos de lágrimas, los niños pervertidos capaces de descapullar una flor. La voz tropical del corazón agazapado entre molinos, que por desgracia, son eso, sólo molinos, sin devaneos paranoides que adapten la realidad a la monomanía.          
Lo bello es más bello si es doloroso, una macabra regla de tres hecha norma inescrutable universal. ¿Quién ha ordenado el equilibrio, quién ha marcado lo que es cordura y lo que es delirio?
Tengo dos sencillas pretensiones en este teatro loco que es la vida. En primer lugar quiero tener los poros tan sensibles que al mínimo contacto se empapen de maldito éxtasis (que es muerte momentánea del cerebro sano) En segundo lugar quiero vomitar genialidades para descargar tensión dramática. Sátira de la sangre coagulada y pecado relativo.

martes, 7 de junio de 2011

muy pingüino anglosajón

no debo olvidar nunca al hombre ese, que es a la vez mi don y mi cáncer.
El tobogán en su cabeza vieja,
que es un rizo blanco. La ceja que almacena un secreto de grandes magnitudes, tanto miedo abrazado a las entretelas,
tanta materia oscura y la declaración de amor escrita en una esquela. Todas las veces eran las últimas veces, soy muy consciente.
Y muy insensata,
Las pieles tenían que conocerse lentamente y beberse a modo de néctar, y por fin, ser sustancia encendida entre bambalinas.
Ahora que la escarcha se derrite pegajosa y me hace resbalar,
las costillas, las mías, no me pertenecen, son entes extraños en mi cuerpo enfermo y vagamente mutilado.
Me quiero mudar de mente pero llevándome conmigo esas migas sensitivas tan preciosas tan terribles porque Este Dolor es solo mío,
lo lamo, lo bebo, lo empollo. es la herencia que le dejo a la sangre de mi sangre, mi patrimonio traducido a lamento, es tan mío y soy tan suya
que soy incapaz de concebirme a mi misma sin la erosión de mis vísceras.
Ahora
salgo de los límites de las sienes, fluyo blandamente como
un pollo deshuesado.
las moscas, la decadencia,  esa estación florida, su maldita memoria sensorial.
Me fragmento voluntariamente para no ser destruida, quiero muy profundamente, así quiero.




lunes, 6 de junio de 2011

Tengo patatas y dudas

por qué puedo y no puedo
ser y haber sido
una dimensión a deshora,
un perro desorientado en un desierto mundano

Me llamo orgánica y no incorpórea a causa de un sólo motivo: 
la constante pretensión de ser, da igual el qué,
el caso es ser. El intestino que se enrosca a la existencia,
la avispa que zumba porque vive, la piruleta lamida
por una lengua púber.

Un apunte: 
la cadencia de la vida es una sucesión de desastres tristes y graciosos;
una vez asumido esto
es más fácil hacer pan, acariciar el paladar con un cuchillo
y dormir plácidamente sobre un dolmen.