jueves, 23 de diciembre de 2010

querido ex fiancé


Les presento a mi marido
que ha encontrado la masculinidad en unos tacones de aguja.
Su lujuria es tan pura como el resoplido de un corcel.
Me acaricia con sus vigorosas uñas postizas y sus tetas, son casi más grandes que las mías, soy tan feliz intercambiando nuestra ropa interior.
Solemos discutir sobre cuestiones metafísicas intercalando movimientos pélvicos que nos hacen vibrar. A veces bailamos fusionados como un solo ente a ritmo de rock and roll, se enfada cuando cojo sin permiso su pintalabios púrpura. Es hora de vivir, es hora de trastornar los placeres, me dice cada mañana a modo de buenos días después de un fructífero cunnilingus. Yo soy un poco celosa y me da bastante rabia cuando se fija en otras mujeres, a veces me callo y otras veces descuartizo a la mujer en cuestión. También me pongo celosa cuando se fija en otros hombres, entonces también los descuartizo o mutilo su miembro. Nos gusta el mar en todos sus estados, contemplarlo, nutrirnos de los infinitos olores que esconde en sus regazos. También nos gusta ser sucios y que las olas nos limpien. Vamos al cine, leemos poesía y escuchamos a Händel, disfrutamos cultivando nuestras mentes y rindiendo culto a nuestros cuerpos.
Mi marido es bastante descuidado con sus medias de rejilla, gasta una media de seis pares al mes
Lo amo tanto que el corazón me supura.


lunes, 13 de diciembre de 2010

Croquis del guateque de la plebe: soy joven, merezco y desmerezco

Es fácil encontrar una boca despistada en esta masa homogénea de cuerpos
y sin embargo es tan difícil
perderse en unos ojos, inquirir una respuesta a este agravio de preguntas,
en este vulgo empedernido. 

Se mimetiza el humo del cigarro con los vahos de las cabezas pensantes
y los sudores fríos
que acuden a este antro para descargar su fuego en el fuego de algún prójimo,
o asesinar el tiempo a golpes de cadera.

De repente, alguna reacción química se produce en la sesera de los asistentes
y el espíritu santo se reencarna en acorde musical,
o en erección incipiente.
Luego, se engulle la noche a si misma y el amanecer arremete y resaca.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Cuarentena por el virus humanista

Creo en el género humano porque existe el rock and roll y los siglos de oro y existe el sexo telefónico, el divorcio, la circuncisión y los hombres menopáusicos.
La filantropía elevada a la máxima potencia es: Vomitar cinco mil litros de jugos gástricos simplemente por amor a la belleza dinámica de esos espasmos abdominales que doblegan la espina dorsal, acercando las meditaciones al retrete, seduciendo a la letrina con el intelecto, equilibrando horizontalmente el cuero cabelludo y el último de los esfínteres. Esta es la expresión artística más pura del ser humano, el preciso momento en el cual el alma, la mente y el cuerpo se conjuran para alcanzar un nirvana escatológico de dimensiones cósmicas.
Mientras dure esta fiebre antropológica que late en el fondo de mi ombligo, procuraré cambiar las sábanas una vez por semana y rezar mis oraciones ateas cada cinco horas.
A veces me decanto más por lo impávido que por lo pasible, aterrada por ese tiempo que lame el suelo y lame las paredes y babea sobre las cabezas de los transeúntes, blanqueando las sienes de los despistados y así es como me he convertido en una leal defensora de la sangre de mi sangre porque todas las sangres son sangre de mi sangre.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Matiz de matices, peces, reyes y felatrices

Es tan tierno
cuando bajas a mis instancias, 
para robarme del suelo. 
Para atornillar los sonidos
de los dedos en las pantorrillas
y friéndose la carne de gallina,
en la sartén.