martes, 31 de enero de 2012

quiero ser crucificada por una mórbida autoridad

el pincel azul de efectos melancólicos se derrite, se vuelve agua, nace de nuevo. En términos paranormales: la vida se me arremolina en el diafragma y una piedra entorpece el camino del olor, de la fosa nasal al mundo, un olor inverso que nace en la fosa nasal y se impulsa al mundo en un suspiro: el recorrido se retroalimenta. La temperatura es ciega y los muertos hacen balance en un soliloquio clandestino con la voz destilada, el cuerpo marchito de existir, de fornicar tan fuerte como un animal asustado.

Él me trae la primavera en una caja de Pandora. Elegir es descartar lo que casi no se ha elegido, Yo te elijo, te descarto, te arranco la ropa, me lloro en tus labios.

descartar es asesinar lo paralelo: soñar con la muerte, la zoofilia, la cerveza: todas esas cosas que hacen del paso del tiempo una cosa interesante.  Compadecerse de las cosas inertes es sumamente lícito, porque ellas lloran para dentro y la vida se les enquista en la materia. 


martes, 10 de enero de 2012

de cuando una se quiebra

lo salvaje es lo esencialmente libre, somos pura rabia,
puro mecanismo de engranajes, pura masa gris, me libero con la melodía de nuestros huesos al golpearse, las pieles se abomban y los recovecos de nuestros cuerpos se convierten en extensiones kilométricas.
me vierto en tus pupilas dilatadas que me ruegan piedad, y no puedo evitar dejar que me duelas en las piedras del riñón, que espantes mis fantasmas a base de narcóticos, que me comas el hígado crudo.
Me arrodillo ante la pureza de tu ira, ante la delicadeza de tus patadas a lo etéreo, a lo inconexo, a las fuerzas abstractas. Permite que me hipnotice con la danza de tus puños, con el vaivén descarnado de tus uñas arañando el cosmos. Te adoro porque eres la furia viva sin paliativos, el ardor del mundo entero en menos de 170 centímetros, la rabia de haber sido concebido en un útero oscuro.
Y yo, te entregaré a mis muertos, te lameré los golpes,  porque tu sangre se ha diluido en mi sangre, y ya no hay salvación, ni remedio, ni cielo, ni aplomo. 


domingo, 8 de enero de 2012

Yo lluevo


Me sobra el esqueleto
para poder ser una masa viscosa,
para que el sol me evapore
y plastificarme en el cielo
en forma de nube,
y finalmente,
ser capaz de llover en primera persona.

¿Cuándo llegarán las flores, el tiempo
del veneno embotellado, de las lilas con diarrea,
del demonio en carne viva?
El tiempo del pezón en la frente, a modo de unicornio,
con el fin de mamarnos las ideas y nutrirnos de tumores cerebrales,
el tiempo de anticiparse a los párpados pesados
y entregarse a un sueño concienzudo, 
de lamer una piedra
y comprender el lirismo de un enano cabezón.

El tiempo de llovernos, de ser llovidos. 

sábado, 7 de enero de 2012

del mirar a ciencia incierta

Imagínate, me cuesta tragar la saliva porque me dirijo a ti, focalizo las maldiciones de mis entrañas y entonces, me cuesta tragar mi propia saliva, que me sabe como saliva ajena, como si la mía me hubiese sido arrebatada, arrancada de cuajo por alguna criatura mitológica.
Mi propia saliva nacida de las glándulas cercanas a mi lengua , imagina mi impotencia, mi propia esencia es rechazada por mi organismo como un ser extraño, como un veneno rancio que busca la destrucción de mis pulmones.  El cerebro me funciona a trompicones y mi termostato está atrofiado.  Mi dignidad escondida en el estiércol, fingiendo ser consciente de sí misma, se disfraza de payaso y canta rancheras a la luz de una sala de operaciones. 
Maldigo la euforia enfermiza que me producen las cosas bonitas como, por ejemplo, la respiración en general o la yuxtaposición de nuestras piernas.