miércoles, 28 de diciembre de 2011

el néctar amniótico

Quiero abrir mucho las piernas para que el universo me fecunde,

exijo una cópula lenta que me parta en dos, una fusión limpia y orgánica. En cada embestida se me romperán los pulmones en miles de pedazos, que flotarán sobre el cosmos, camuflados entre el  polvo estelar. Dos chorros de luz me saldrán por los ojos y transmutarán el aire en flores.

En el momento exacto de la concepción, sentiré cosquillas en los omoplatos y un fuerte estornudo disolverá el universo en el vacío, igual que una sustancia granulada se mezcla con agua .

quiero albergar la verdad en mis tripas y parirla con dolor, una verdad ensangrentada y llorona,
que será estéril, de vientre seco como un trigal en el trópico.

Esta es mi manera de ganarme el cielo 



domingo, 25 de diciembre de 2011

la falocracia es puñetera

Un hombre de huesos retóricos, 
que me espía,
por la mirilla de la memoria.
Y yo,
que me encanta exhibirme,
elijo unas medias de encaje negro,
con el mayor de los descaros,
mientras me muero de miedo
y me muero de vida.









miércoles, 21 de diciembre de 2011

empatizan Gabriel y Lucifer



el dolor colectivo es biodegradable 
y es denso y huele a madera quemada.
Cuando un grupo de gente llora es tan real,
que los árboles se vuelven verdaderamente expresivos. 

El repicar de unas uñas sobre una mesa se convierte
en la banda sonora del devenir de la vida cotidiana, 

el dolor en compañía es masoquista, 
y los átomos se regocijan en su núcleo 
y sufren pequeñas combustiones espontáneas

Las mentes se alinean y todos volvemos a ser feto
y nos comportamos como placentas recíprocas.

el dolor en compañía es egoísta y dramáticamente cómico 


viernes, 9 de diciembre de 2011

como si el destello de unas manos sacándose los ojos fuese imaginable.


En la fiesta de las luces rojas
hay una máquina para quebrantar los huesos
y una masa de gente 

con la cabeza demasiado 
externa, tan fisiológica, empeñada
en ser cerebro, la cual enumera principios 
como si fuesen patatas.

El corazón se vuelve embarazoso y 

los labios se sorprenden empapados en un licor infernal que recorre la garganta disolviendo
la angustia que se aferra a las cuerdas vocales, y continúa su abrasadora comparsa hasta llegar al dedo meñique de la mano izquierda. Y allí se posa, esperando la fiesta del té, en la cual el aire se vuelve cosa, 
como si el amor fuese decible. 

Qué barbaridad. 


Y la masa de gente se pregunta que
cuánto duele doler en tiempo muerto



lo paralelo

me oxigeno como mecanismo de autodefensa. A mí, personalmente, me parece muy lícito. 
¿por qué es más fácil concebir un organismo minúsculo ? 

aprehendemos la ventana con los ojos y todo su contenido, porque la ventana es una caja donde está metido el mundo, un ojo ciego que se autoabastece , una barrica de vidrio en la que macera el tiempo. El oxígeno sobrante en las ranuras y el cristal quebrado dejarán en evidencia la relación simbiótica entre la ventana y el paisaje, el vínculo remoto de dos elementos que se balancean entre lo concreto y lo abstracto, que coquetean con la irrealidad de dos dimensiones en continúa dispersión. La ventana es un foco de energía, un lugar sagrado en el que la divinidad se desnuda en su delicada intimidad púbica. La ventana es la pupila miope con la que la realidad se mira a sí misma.  

sábado, 3 de diciembre de 2011

la evidencia de la tos




Voy a ser honesta con el sudor de mis manos:
Evoco un tú diluido, fusionado con un yo tembloroso, allá escondidos en los escombros,  reducidos a polvo por el buen trabajo de las conexiones neuronales y la desvergüenza de la memoria selectiva.

Las grietas en las manos, la voz incisiva de la vecina loca. Me acuerdo de las migas.

Lo más gracioso es que la perspectiva me produce vértigo.
Me queda retorcerme de dolor en medio del desierto, rozar la fiebre y sentir arcadas, una cuerda que se anuda a la garganta , sin más oxígeno que  una mandíbula que busca desplazarse levemente a la derecha.

La belleza de un espíritu erosionado no puede soportarla un cuerpo humano, por tanto, he de salir de mi carcasa mediante la meditación, o mediante divinas sustancias fabricadas en laboratorios hondureños.

quebrarse para reconstruirse
ser hez para convertirse en dios
morir para ser nacido; 
es así como florecen los hongos y como la vida sigue su curso,  ajena a tanta fluctuación de las moléculas.