miércoles, 31 de agosto de 2011

soluciones pragmáticas a problemas modernos

Hoy te miro, compañero, y no pretendo más que eso. Mirar como si costase esfuerzo, mirar hasta quedar miope.
Discierno concienzudamente entre piel y huesos, los separo, clasifico y pongo nombres de lunares a tus poros
Abstraigo esa nariz redundante de sí misma, esa déspota nariz que gobierna tu anatomía como una emperatriz demasiado consentida.
Desdibujo las yemas de tus dedos, tus nudillos y tus uñas. Formo una masa compacta que me acuna y que me ahoga.
Destruyo tus rasgos y degenero la cadencia de tus movimientos,
naturalmente luego los reconstruyo y me muero de placer.
Te miro y me nutro de la luz de tu epidermis,
por fin he encontrado la paz entre tu rótula y tu fémur. 
Te miro tanto y con tantas ganas que los ojos se me caen
y ruedan muchas veces,
tus cicatrices se embriagan con la melodía de mis ojos cayendo una y otra vez,
metódicos, 
con su ardor cíclico,
lo recurrente nos hace sentirnos protegidos.
Entonces,  mira cariño el reverso de las tinieblas, podríamos
encender una cerilla
o ponernos un calcetín en la cabeza
a modo de corona.



sábado, 27 de agosto de 2011

Los cerros

el más celestial de los sonidos es ese ronquido rotundo, redondo. Es una lágrima gutural que se escurre de la garganta para posarse tranquilamente en la nube más mullida.
"te habla tu última célula, la ínfima parte de este mecanismo perfecto,
soy el futuro despojo tardío, el elemento final que quedará rezagado al descomponerse la materia.
Vengo a proporcionarte una muerte exquisita, un sueño delicioso, el roncar definitivo"
 Y yo ¿cómo voy a negarte?



domingo, 21 de agosto de 2011

soy la mamá



La cosa nació aquí mismo entre rodilla y nalga con un fuerte sobrepeso en los sobacos y un pelo lacio que pronosticaba tormenta. Lo juro, yo lo sabía todo, los pros y los contras,  las entradas, las salidas, los miles de riesgos implícitos en la sangre por el hecho de ser líquida, hasta el más mínimo detalle, la cantidad de dióxido en los alveolos, todo, yo lo sabía todo. Pero seguí aferrada a mi objetivo. 
Una lagartija me despertó el instinto maternal, te lo juro, es tan extraño. Yo deseaba la devoción insoportable, la simbiosis de dos elementos vivos, de dos cosas que respiraban, que se agarraban a la vida con la desesperación de un lactante que se amarra a la teta. Y la lagartija sembró una criatura en mis entrañas, en las raíces de mis tripas, y el parásito se bebió mi néctar y se comió mi droga. ¿Qué iba a hacer yo? Yo lo sabía todo, te lo juro, los pros y los contras pero soy muy despistada y el bicho de mi vientre era muy listo y se nutría de mi espíritu, de mis noches y de mis excusas.

lunes, 15 de agosto de 2011

invitación a la tragedia

una retahíla de nadas desencadena el vals de las bestias
y se rozan esperando un milagro:
la salvación de los esfínteres.
¿lo ves? 
como el infinito se ha concebido a sí mismo en un bucle redundante. con el frío, la incertidumbre entre las uñas y la corteza más externa de la piel tocando un anillo de Saturno.

el terror antiguo
y las nauseas

porque una voz de perro muerto
está ladrando una canción de amor.

miércoles, 3 de agosto de 2011

una carretera larga con un compañero de viaje mugriento que no para de beber y de sonreír. Tiene una nariz modernista y unos labios de ganchillo que dejan entrever tres o cuatro heroicos dientes que han sobrevivido (seguramente) a un ladrillazo. Habla de conspiraciones y de muertes súbitas de bebés somalíes mientras lame la leche en polvo de sus dedos. Alguien canta y los pulgares señalan al este, al este, siempre al este, intentando parar a los coches pero sobretodo rasgando la tensión sexual que hay entre el borracho y yo. Se cuenta los dedos y le sobran ocho. Tanto aire decadente me hace vomitar. Allá bajo el sol está la tierra prometida, la tierra de los anuncios por palabras y las hadas nocturnas, la tierra soñada donde la piel es un disfraz corrosivo.  Pero los coches nos ignoran como si fuésemos gusanos dentro de un pomelo, y en cierta manera lo somos, vivimos con la tripa pegada al suelo y si nos cortan la cabeza podemos vivir, un poco más desorientados, pero vivir al fin y al cabo. Me trago una roca mientras que el borracho decide hacerse el muerto para atraer a los cuervos.  El panorama es deprimente y la temperatura templada. A lo mejor un espejismo nos hará la espera más llevadera y la lengua se derrite en los zapatos.

lunes, 1 de agosto de 2011

les corredisses

Un minuto de griterío
por todas esas sustancias químicas que nos hacen tocar el cielo.

las narices coquetean moviendo sus aletas, intentando volar, para huir de los rostros y dejarlos huérfanos.
no nos queda otro remedio que arrodillarnos ante los niños, las prostitutas, ante todas esas cosas que son auténticamente reales, que corroboran su existencia con mil toneladas de existencia.
No nos queda otro remedio que no disiparnos y conservar las pupilas en formol.

Una interjección rococó
por las abejas muertas, que son espíritus idealistas
al dar su vida por la sed de sangre.

Un severo orgasmo
por los seres viejos que se preparan
para volver a la tierra que los ha mantenido vivos.

el ego subversivo exige atención

haber nacido un domingo cogido con pinzas, es eso, ahí radica el problema.
¿qué he hecho mal a parte de todo?
haber renegado, mentido, profanado el santo paraíso de la blasfemia, digamos que cogido el corazón y haberlo convertido en salmón ahumado. necesito respirar. es mi culpa, mi gran culpa. negro sobre gris, aguamarina en vez de sangre, este es el castigo, un calvario merecido.
Me flagelo con ganas porque soy la Santa de la sarna con gusto que no pica, de los futuribles.
me muero de celos (celus vulgaris) ¿qué hago? ¿me sacudo las flores de los hombros? ¿me tatúo un pato en las axilas? ¿me retuerzo de dolor cuando alguien diga "Paula, ven"?
ME AVERGÜENZO DE MI INCAPACIDAD innata para ser cubana: ojalá un día el pecho salga del retrato y se declare insolvente respecto al sujetador.
soy culpable de concebir esta vida como un lienzo y anteponer lo estético a lo correcto, lo bello a lo deliberado, lo sublime a lo palpable. buscar el sentido emocional de las cosas muertas y espiritualizar el tiempo. Me maldigo a mi misma y a todo aquel que me quiera: pecadores, pecadoras, mariposas tuertas.