lunes, 1 de agosto de 2011

el ego subversivo exige atención

haber nacido un domingo cogido con pinzas, es eso, ahí radica el problema.
¿qué he hecho mal a parte de todo?
haber renegado, mentido, profanado el santo paraíso de la blasfemia, digamos que cogido el corazón y haberlo convertido en salmón ahumado. necesito respirar. es mi culpa, mi gran culpa. negro sobre gris, aguamarina en vez de sangre, este es el castigo, un calvario merecido.
Me flagelo con ganas porque soy la Santa de la sarna con gusto que no pica, de los futuribles.
me muero de celos (celus vulgaris) ¿qué hago? ¿me sacudo las flores de los hombros? ¿me tatúo un pato en las axilas? ¿me retuerzo de dolor cuando alguien diga "Paula, ven"?
ME AVERGÜENZO DE MI INCAPACIDAD innata para ser cubana: ojalá un día el pecho salga del retrato y se declare insolvente respecto al sujetador.
soy culpable de concebir esta vida como un lienzo y anteponer lo estético a lo correcto, lo bello a lo deliberado, lo sublime a lo palpable. buscar el sentido emocional de las cosas muertas y espiritualizar el tiempo. Me maldigo a mi misma y a todo aquel que me quiera: pecadores, pecadoras, mariposas tuertas.

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