La conciencia es una sobremesa pesada; dios
vive así, en eterna digestión.
lunes, 24 de septiembre de 2012
viernes, 21 de septiembre de 2012
Algo se me olvida y, bueno.
Lo frenético de una semilla germinando, captar eso, simplemente eso.
Ser capaz de vislumbrar la ansiedad del crecimiento, entender lo enfermizo de
una progresión. Percibir la agitación de
las raíces buscando el tallo.
La vida a chorros
el armario esconde acelgas, me
La lucha, sobrevivir a la erosión ,
para una patada en el hígado no hace falta el pie
Me refiero a esto, a esto mismo. Esta incongruencia, este porvenir
prehistórico,
Este acaecer de las maneras, el encarecimiento del amor . Los almendros en flor y las sábanas limpias, todo
es propicio para construir las ruinas, para fingir que sabemos tocarnos.
Construir las ruinas. Un camino de espejos y ladrillos
martes, 4 de septiembre de 2012
Una madeja gorda que rueda sumamente acomplejada y canta: “transportar la lluvia en Me reafirmo las angustias”
He visto los cerebros de mis compañeros y me he quedado sorprendida, cuánta
genialidad desaprovechada. Tenemos los mismos miedos, los mismos vicios, la
misma cara fría, el mismo termómetro en el pecho. Somos crueles, pero somos
buenos en la medida que somos cobardes. No tenemos hambre ni señor. Pero sufrimos
de gula por otras pieles.
Nos protegemos mutuamente para saciar la culpa. Y la vergüenza de ser
mediocres. Tenemos el culo suave y carcomido.
Construimos un ego colectivo, miserable y grotesco como una teta botando.
Somos criaturitas entrañables. Somos nuestros padres y nuestros hijos. Somos
el esplendor de la memoria futura.
Tiramos nuestra vida por la borda intentando no tirar nuestra vida por
la borda. Es conmovedor vernos procurar reír a carcajadas.
Tejemos los antecedentes y los consecuentes de todos nuestros actos en
un intento de solidificar los gases. También fingimos no hacerlo. Las moscas
nos rehúyen y los lugares comunes nos apestan a acetona.
Notar las piernas calientes es un logro, de hecho, es un logro notar
sencillamente las dos piernas, ser consciente de esos dos salientes curvilíneos,
esos bultos alargados que estorban a la hora de abrazarse. El cuerpo entero estorba
al abrazarse. Para abrazar sinceramente es necesario mantener una cierta
distancia.
La piel sobra en el abrazo.
Realmente me preocupa la imposibilidad de llegar hasta la carne.
Por ello, hay ciertas cosas a las que recurro siempre que necesito
toser sin abrir la boca.
Ahora estaba hablando de mí, compañeros. Permitidme la ordinariez, por
favor.
Más que desear soportar la vida, deseo que la vida nos soporte.
Un saludo, compañeros.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)