martes, 29 de marzo de 2011

El del hemisferio boreal

Muchos siervos coetáneos menosprecian el griterío alterno, la patata pelada, el fonema desgastado en unos labios cansados de acariciar tabiques. La corriente subversiva, el psicoanálisis patatal, el dedo amargo que nos niega la entrada, un paraíso incongruente con cierto toque rococó, la muerte, el vodevil, los desenlaces. Y entre tantas cabezas rodando y tanto trópico de Cáncer, el equilibrio cero acontece, se hace el silencio y una pelusa episcopal metamorfosea en sublime lengua mordedora.

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