jueves, 3 de marzo de 2011

Tópicos literarios que siguen siendo frescos en su reincidencia

El hedor a necedad, a lodo hondo, a acetona ¿cómo me curaré de este circo tan absurdo como el tiempo? Y en la herida el idiotismo que se pudre, que fermenta en la sazón macilenta, que se cuece en su propio jugo, su propio pus de vedette rusa pusilánime. Esta memez elevada a la máxima potencia, este delirio desmedrado que se ha quedado en burda incongruencia. Soy juzgada por la máscara veneciana que tiene un callo en los ojos de tanto no llorar. No concibo nada más etéreo que la cerveza incrustada en los pulmones del mar, en forma de cristalitos metacósmicos. Una rana, dos ranas, tres tomates como pulpos, como abortos del amor entre meapilas y sotana. Soy la princesa de este bacanal de heces y como tal, debo pintarme mis uñas con sangre coagulada.

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