domingo, 22 de marzo de 2009

Las estrellas ya no son lo que eran.
Gotas finas de vidas malvividas,
trozos de almas errantes, no perdidas,
suspiros de gritos desesperados por ser escuchados.
No, las estrellas ya no son lo que eran;
ataudes de insectos voladores, invisibles, transparentes,
prácticamente inexistentes a ojos de la gente que ve,
pero no mira.
Escondite secreto de mentes encerradas,
que vuelan, se encuentran, se enamoran allá arriba.
Enigmas sin resolver, cicatrices de almas heridas,
salpicaduras de la bebida prohibida,
eufemismos de como vivir la vida.
Náufragos voluntarios de un océano
tan hermoso que hace daño.
No, las estrellas ya no son lo que eran;
ojitos de criaturas que aún no han nacido,
rastros de seres que ya se han ido.
Pinceladas de futuros que duermen,
de pasados que palpitan
y de presentes que se imponen.
Fresas con nata que endulzan la noche
de seres ausentes, de locos dementes,
de ricos miserables, de cajeras de supermercado,
de curas pecadores y de corazones llorones
que rien borrachos,
embriagados, despreocupados, amargados
y a la luz de la luna incluso sofisticados.
No, las estrellas ya no son lo que eran.

1 comentario:

  1. Empiezo leyendote por el principio.

    No es que las estrellas ya no sean lo que eran, el cielo entero se ha vuelto negro por la contaminacion luminica... te tienes que ir a unos cuantos kilometros de la ciudad para poder ver el cielo de una manera decente.

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