Me veo ajena en este lío de piernas y de brazos, es otra a la que te
comes.
Maldigo y bendigo a partes iguales esta ternura esperpéntica, este
híbrido de amor y de carroña que nos hemos construido.
Hemos:
hilado nuestra cuerda de ahogamiento,
llenado nuestro patíbulo de flores,
preparado la cicuta que nos devolverá el entendimiento.
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