Miro. Miro con capacidad de luna preñada de sal.
Y miro las estrías de la pared
me hablan de seísmos y de la ira de una mujer que ama.
Esta cosa tan de la tierra, tan de los gusanos, tan de correr y abrir los intercostales de forma desmesurada, de manera que se den de sí, y que el diafragma explote y que las fosas nasales engullan el cuerpo. Esta cosa tan de engendro que solo quiere vivir.
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