sábado, 11 de agosto de 2012

estás hecho de huesos y de cáñamo y de tul y de cecina



me niego a perder el don de la piel y por eso despedazo mis yoes, para mantener intacto el papel cuché que me cubre, para morir despierta y, sobretodo, para urgirle a la luna. 

Dicho esto, me confieso:  

Te cedo la ansiedad que me provoca tu ausencia, porque es tuya, es todo tu sudor congregado en mi cerebelo. Pálpate y verás que estás seco ya que tus glándulas sudoríparas desembocan en mi nuca. Esta ansiedad es pellejo de tu carne, es la hija más legítima de todos tus abortos, es la prolongación de tus ancestros. 


me faltas tanto que mi venganza es evocarte tuerto. 

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