lunes, 24 de noviembre de 2014

El origen del mundo son estas sábanas mugrientas

El epicentro del terremoto está debajo del colchón 
y me tiembla, como siempre, 
el aire hueco que guardo entre las costillas. 

el universo es claro y conciso. 
Mientras tú y yo nos morimos de gratitud
encima de unas sábanas ligeramente mugrientas
el universo reposa sobre números.
Está tranquilo.
El fondo del mar está repleto de matemáticas, 
por eso allí el ambiente es inmutable y sereno. 

Mi madre, mi padre, mi abuela, mi abuelo, mi hermana, 
mi hermano, mi amiga, la profesora que me enseñó a leer. 
Son palabras demasiado grandes, son figuras demasiado grandes. 
Algunos están muertos. Se me atragantan en el pensamiento 
y no puedo gestionarme con calma. Me vuelvo un animal que llora. 
Sin embargo, estos seres que me articulan y que me definen, 
están metidos con nosotros en estas sábanas mugrientas. 
El estado de suspensión que generamos en este reducido espacio 
también les pertenece a ellos. 

Qué cosas. 




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