lunes, 13 de abril de 2009

PASE


Llevo todo el día encerrada en casa
escuchando acordeones, fumando cigarrillos
idealizando la vida, maquinando suicidios.
Está lleno de moho, el borde del abismo.
Hace tiempo que no limpio.
Hoy le he hecho una visita a la locura,
tranquila como siempre,
en la misma postura.
Está un poco decepcionada,
arraigada,
aquí, en mi frágil alma.
No me habla.
Sólo repite mis palabras.
Dice que quiere volar.
Aprender a caminar.
Es muy peligroso
dejarla pisar sola.
Da pasos en falso.
Perdura,
su terror a la cordura,
su hermana gemela que nació del revés.
Cosas de familia, dejémoslo para después.
Y entonces sucedió...
me topé de pronto
con el señor futuro,
y le dije: -Señor futuro,
qué bonito escudo!
y me respondió él:
-Nena me estoy quedando desnudo.
Con tanta rima fácil, no entendía nada,
me asusté, y eché a correr.
Luego me encontré con mi pasado.
- Coño, como ha usted cambiado!
Seguí corriendo hasta que me
aplastó el presente.
Me agarró con sus uñas pintadas de verde.
Y sin motivo ni razón
las lágrimas brotaban.
Esas lágrimas de chocolate
que saben a mermelada.
Y yo:
- Déjeme volar.
Y él:
-No merece usted ni respirar.
Y yo:
-Máteme, por favor,
sólo le pido que sin dolor.
Y entonces desapareció.
Y ahí fue cuando decidí
que la ciencia y la razón
no eran para mí.

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