martes, 17 de abril de 2012

del arder en el auge del agua que bulle

propongo onomatopeyizar los números y dormirse en el sueño, alargar la vida y evitar el parto a toda costa, a toda vela. Es que la puerta hacia el mundo es una vagina dilatada.

El cubismo de tu cara y la cara de tu piel, una piel llena de caras que me remite a la fragmentación del sudor cuando es llorado por los poros. La verdad es que el sudor es de madera, un elemento compacto que se mantiene erguido en las costillas. A veces se derrite.
Me imagino añorándote con las piernas en el pecho.
La posición de añorar consiste en doblar las piernas y colocarlas sobre el pecho: el recto y la boca bien abiertos para que los ácaros limpien los conductos. me imagino mi hedor a muerta doliente y siento un poco de lástima. Me imagino descubriendo la vida otra vez: entreabrir los ojos y mirar las voces diluidas en el suelo, degustar la música con las papilas gustativas,  notar el sabor del color ocre con la punta de las uñas, morder las nueces con las ingles.
Veo en tus omoplatos los ojos de dios y me causan un terror tan viejo como los azotes.

Yo propongo una euforia concurrida por la sangre.
son cubistas los rostros que se buscan, yo me encuentro si te busco. 




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