domingo, 22 de abril de 2012

Figura de mujer que se defiende

Me he arrastrado muchas veces. Me he regocijado en el fondo. Hombres me han pisado y me ha gustado. Me he bañado en barro temblando de miedo y con el orgasmo en la punta de los labios.  Me he ensuciado y he comido carne de persona.
He maltratado mi cuerpo humano y me he convertido en un recipiente de entrañas. Me gusta abstraer la piel y ver solo vísceras bajo unos huesos que funcionan como funda. Vísceras que bailan y que caminan, vísceras que piensan y razonan con argumentos lógicos. Vísceras que tienen fetiches.

soy indigna. Pero no por ideas revolucionarias, no en un afán libertario de ensalzar lo marginal.
Soy indigna porque no sé ser de otra manera.

Soy ególatra y lenta.

Soy indigna a mi pesar. Soy una indigna resignada en mi desvergüenza concienzuda.
No sé dignificar mis actos con movimientos leves; no concibo desnudar despacio, no sé esperar con paciencia la llegada de la vida y, sin embargo, nací tarde porque soy perezosa, maceré en el útero materno más de lo debido y germiné quemada. 

1 comentario: