Y sin darme cuenta
le besé el ombligo,
muy suave, muy tierno,
muy tibio.
Es una de esas cosas
donde no hay ecuaciones locuaces
con peinados de señoras nobles
que huelen a cal.
Ahora mismo solo veo un cristal,
que no se puede morder.
Astros, que no estros/ eso, que no sexo
o sí, yo que sé...
Sólo un velo transparente
que no se puede correr.
No busquen dobles sentidos,
pués los encontrarán.
Mar revuelto, peces muertos y pan.
Eso no, eso no por favor
no quiero corromper
las palabras que adoro.
Antes muerta
que provocar tal gesto desastroso.
Antes muerta
que renunciar a los secretos sinuosos.
Antes muerta
que destrozar a palos de decencia
los arrebatos calurosos,
Antes muerta
que deshechar a esos hombres andrajosos
(que tanto me ponen)
Antes muerta,
que entregarme a simples besos pegajosos.
(que tanto me quitan)
Dejemoslo en un
Antes muerta
que morir, sin haber vivido.
Ayyy!
Cuantos olores habremos perdido?
Se han ido, se han marchado.
Así, sin haberlos,ni siquiera tocado.
Siempre igual con las esencias.
Tan libres, tan bellas
tan efímeras, ellas.
Cuando pasan
se van a otras dimensiones.
Lejanas, irreales, verdaderas
como los matices de colores
que no toman precauciones.
Siempre he sentido
que la vida cotidiana
es la más surrealista
de todas las obras creadas.
Cómo es posible tanta pasividad?
Tanta entereza?
Tanta racionalidad?
Me encanta mirar debajo
de las camas,
para ver que es lo que hay.
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