domingo, 8 de noviembre de 2009

Teoracto

Tendida en la chaisse longue
fumar y amar...

SM


Los cartones que son camas para los reyes de las calles,
se pudrieron hace siglos las sutilezas, los detalles.
No hay perdones cuando sufren las flores,
cuando mueren los valles
y se pierden, se absorben las bocas que mandan
que quedan abiertas, esperando otras bocas
que vienen, se quedan y se van.
Aquí huele a haikus y a barbaridad.
Mira, allá a lo lejos,
se reparten casualidades, desamores y pellejos.
Pellejos de esos.
Yo no engrupí, yo no callé
yo a vos te amé, yo a ti te di.
Y nosotros los exiliados, los ladrones,
los religiosos y los pecadores
estamos malditos.
Pues eso, pellejos de esos, que no entienden
los dialectos mañaneros de los sudores
que se sudan por poros ajenos, en el mundo
donde no existen los años, ni lo eterno, ni lo efímero,
ni lo bello.
La oscuridad que es luz para los ciegos de amor,
se marchitaron hace tiempo los naranjos en flor.
No hay absoluciones cuando las manos lloran,
ellas,
escondidas en el fondo de las botellas.
Manos que dicen te quiero,
te quiero porqué querer
mata pero no engorda
Alma patética y sorda.
Te quiero por no tenerte que amar.
Te quiero porqué querer, no hace sudar.
Uña cruel y devota.
Te quiero porqué en realidad no te quiero.
Pobres manos que se entregan a otras manos
sin entregarse de verdad.
¿Quién las salvará de los callos de la teatralidad?
¿Y de esa muerte puñetera que tiende a la supervivencia!!?
¿Y de ese amor sin alcohol,
que no produce adicción ni síndrome de abstinencia?
Mientras tanto se dedica la gente a saborear amargamente
la dulzura intransigente que no busca y que no encuentra
el corazón efervescente.
Hoy me arrodillo ante los reyes de las calles
para los cuales los cartones, son camas reales.

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