martes, 9 de marzo de 2010

Mi querido señorito




Acordeón de terciopelo,
que me encoge el corazón.
Yo le enseño a bailar con la garganta
a amamantar con la saliva,
y a querer con el pezón.

Tú, mi viejo enemigo
que calienta mis horizontes
Enfría los deseos de deshielo
besando pies de saltamontes
Ahuecando los tejidos del placer,
mis entrañas tullidas se retuercen
cuanto oyen al sol atardecer.

Yo por ti lloro bosques
quemo mares, postulo sombras
concibo reos, desangro carnes,
desmoralizo morales, desgarro huesos
si hace falta, yo por ti me pregunto,
me respondo, me grito encima,
vicio, desquicio, derrapo.
Amor, teatro y pantomima.

Acordeón de terciopelo,
que me hiere sin querer.
Yo te alumbro con mis uñas,
yo te invento con cien manos
tú me atas a una roca, yo me dejo,
yo te muerdo en una sien ,
tú me gritas, me desatas y me quejo.

Mi alma que está borracha,
ebria de tus fluidos académicos,
del reloj que tiene miedo de correrse.
con las noches de tul y los astros totémicos.
Miles de besos que no curarán
el fuego,
sed que no se calma,
reglas que no siguen
el juego.
Miles de besos que no curarán
los pechos doloridos
los ombligos embravecidos.

Usted, mi delirio, mi fiel detractor.
Estamos condenados a volar,
a agonizar. A vivir de sueños,
y a morir de amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario