lunes, 31 de mayo de 2010

f l a t u l e n c i a s y demás m a r a v i l l a s










Vamos a mover el culo mi amor, bailando como dos nutrias juguetonas hasta que nuestros huesos revienten, lanzándonos de cabeza por los toboganes de acordes y elevando los sentidos, superponiendo nuestras almas a nuestros átomos. Dancemos con los pies desnudos, no tenemos un aurea que mantener limpia ni explicaciones que dar. No tenemos sangre que bombear, porque estamos vacíos y somos ligeros porque estamos llenos. Llenos de gramos de sueños, llenos de vida, llenos de paz. Fundámonos con los sonidos y cerremos los ojos y volemos. Y convulsionemos al ritmo o al no ritmo porque qué más da, nadie nos ve. Respiremos los olores que desprenden nuestros cuerpos y qué bien, qué feliz soy. Y si se escapa alguna lágrima, algún gemido, déjalo. Déjalo que se eleve hasta el cielo y recémosle porque está en el cielo, porque las lágrimas y los gemidos son nuestras nuevas divinidades. Celebremos que la vida es corta y es triste y es bella moviendo nuestros tejidos y seamos energía en la energía y segundos en las horas. Retorzamos nuestros páncreas, nuestros riñones y nuestros intestinos, dejemos que los ombligos se conozcan mutuamente y a sí mismos y gritemos hasta que nos duela la cabeza y nos pite el corazón. Soy dolorosamente feliz. Soy una mujer desesperadamente feliz.

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