sábado, 8 de enero de 2011

retrato urbano en tiempos de cerezas

Es una isla rodeada de mierda, de vicios, de criaturas celestiales y pactos diabólicos y otras necedades.
es aquí donde se jactan los pobres y la venganza silenciosa es lucrativa. los hombres se recolocan los testículos como si la vida se les fuese en ello, los niños agilizan sus mentes con villancicos de carácter fúnebre y los viejos beben cerveza. Las pupilas se desbordan de las miradas febriles y alguien llora boca abajo. El panorama es esperanzador y mi vejiga no da tregua. Este frío lésbico erotiza el movimiento de las nubes convirtiéndolo en un suave apareamiento de principios de año. A la vez, el ambiente reflexivo que produce la misericordia de los gusanos, me invita a sacar conclusiones; la conexión intermitente de mi ego con el cosmos me produce un terrible dolor de cabeza y unos quistes con olor a fresa en ambos pulgares. Bendito perro sálvame del atropello de una bicicleta y del existencialismo nihilista que exhala my jersey de lana.


el doloroso pus de las caritas, dios mío monstruo qué me has hecho?

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