miércoles, 22 de septiembre de 2010

Bendito pecador


Me duele la tibia de tanto pensar. ¡Usted es un pecador! uno de esos pecadores que en otro tiempo se hubiesen derretido en el fuego frío de la Inquisición, uno de esos pecadores que se mueren con la certeza de haber vivido. Un puñetero pecador eso es usted, No ensucie mi espacio vital, pecador, pecador. Bébase su cerveza y márchese , pecador. Valiente coleccionador de hímenes. Venga a mí, acérquese y cuénteme el brutal asesinato de su moral, de la ética de sus actos. Pecador asqueroso. Pecador supremo de alma mediocre y gustos exquisitos. Morirá atado al mástil de un barco introducido en una pequeña botella de cristal. Insignificante y preciso, como usted. Maldito pecador. No me confunda con la verborrea muda de sus dedos de masturbador, no lo intente, porque lo conseguirá, maldita sea, lo conseguirá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario