miércoles, 15 de septiembre de 2010

Histrionismos del miembro viril

Me encontré sola y borracha en una barra rodeada de corazones amarillos. Esperando a un nadie cualquiera con mil quilos de grasa en las arterias, con mil quilos de pescuezos retorcidos en las entrañas. Mujeres y hombres cascados más que casados, febriles más que felices y así .Y en el ambiente este éxtasis. He dicho bien. Éxtasis. Amontonaré mugre de la barra y me iré a rezar por mi difunta yo. Los delitos de la carne se perdonan rápido desde que la reencarnación de Satán es un helado de fresa.
Y aquí estamos, soportando los nuevos inventos progres como el sarampión o la homeopatía.




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