domingo, 6 de diciembre de 2009

Muérdanse los labios ajenos o el Bebé pensador






Agua de rosas y caricia de acacia.
Qué impertinente es la pasión,
el corazón y su acrobacia.
Qué sutil es el azar de las palomas.
Para hacer bebés, piel y cromosomas.

No hay nada peor
que el sexo abatido.
Por eso, si me vas a añorar,
añórame como es debido.
Y si el alma tose,
limón y aguamiel
¿Qué fue
del tocayo de Gardel?

Puestos a preguntar,
¿mambo o habanera?
Él siempre prefería
la melodía de mis tacones
subiendo por su escalera.
Me esperaba en su rincón
mientras cantaba:
-Afortunada!
Róbale a la vida su ruleta,
Tú, que eres la profeta
con tetas de actriz porno
y alma de poeta.

Y fíjense si estoy desesperada,
que ni el blues me hace revivir
la poesía asesinada.
Pero,
no seamos pesimistas.
Te invito a besos
y vodka con mentol
De niña me decían
que a las heridas, alcohol.
Y a media noche
te querré como sólo quieren
los borrachos de melancolía.
Mezclemos babas y filosofía.

Aún me acuerdo
del hombre de los rizos amarillos
que convertía los dolores
en tangos y tanguillos.
Absurdo en la cama
pero amable en el trato.
Y su famosa frase:
como te mueras, te mato!

Viva la improvisación,
pero para hacer el amor
nunca está de más
público y telón.

1 comentario:

  1. Yo soy yo y poco más puedo afirmar, no se quien será él y si somos la misma persona... porque no me das tu correo y hablamos de una forma más fluida?

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