martes, 2 de febrero de 2010

Frío helado que no mata al fuego




Para dulcificar la noche,
galletas baratas
y vino venido a menos
Idilios con devaneos
a capela y a contrapelos.

Pocos pasos en el saco,
pocas marcas de la soga.
Muchos efectos
para tan poca droga.
A lo sumo cuatro flores.
dos tormentas, un verano,
tres lloreras, seis vapores
y un enano.

Para suavizar los días,
acordeones y rock n' roll
como los sueños alados
en vasos de ron.
A los cielos con luna,
bikini y parasol.

Mucho ruido comprimido
en los oídos del porvenir.
Mucha cara tiene el labio
obsesionado por no aburrir.
La cabeza mejor maniatada
a los pies de la cama
junto con los vestidos desnudos
que no se saben zurcir.
Perdonen, pero hoy la razón
no ha podido venir.

Esto es un adiós,
y un poco de hasta luego.
Frío helado que no mata al fuego.
Sólo un poco, sin pasarse,
Sin mostrarte que me muero
por despedirme,
antes de besarte las pestañas
Disfruto añorando ayeres
que duraban mañanas.

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