viernes, 1 de octubre de 2010

Tu mujer ideal me parece una mierda. Y te lo digo así con tranquilidad, entre amigos, sin rencores.

Pérfido mandril, absurdo títere de voz caucásica y piel peliaguda, memo turco de dedos flácidos e ingenio chorreante, grasoso, bonobo estéril, inapetente, inútil ser deshumanizado como muñeca hinchable sin alma. Canoso cabello como canosa verborrea irritante, pene abyecto sin capacidad de erección. Sucio amoral y proyecto frustrado de genio loco. Rompedor de la harmonía espacial, toro albino al punto de caramelo, capitalista radical y progre auténtico de segunda fila, dictador de dictadores, elefante a trompicones con labios lacios y lengua fina cual lagartija emperifollada. Nariz de fabada, largas inseguridades como lista de ausencias preconcebidas. Aborto de feto de canguro fruto del incesto entre canguros albaceteños. Personificación del concepto ambiguo de agujero negro, sutil imitación de retazos de genialidades , oda al mal gusto, sensibilidad cero. Del amor al odio hay un meñique. Y hoy más que nunca, también viceversa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario