viernes, 2 de octubre de 2009

Llamamiento lúcido de una mariposa agonizante y/o las cinco estaciones de Vivaldi







¡Las primaveras arrogantes
de los enamorados cojos
con un alma y cuatro ojos!

¡Los inviernos ajenos
de los amantes eternos
con viuda, sin recato, con marido
sin ser lo que se ha sido!

¡Los otoños veraniegos
de las nancys y modelos
con un palmo de narices
con terror a los deslices!

¡Los veranos azulones
de los curas pecadores,
divertidos o aburridos
con casitas en Marbella
y alzacuellos en Marsella!

¡Los dolores de cabeza atemporales
que también son rebeldes, susceptibles,
altaneros y matriarcales,
y otras diversas casualidades
harán que por equivocación
se besen el olvido y el amor!

¡Señoras poetas,
señores poetos!
Presido el club de los
profetas jubilados
y lo que más adoro
de los machos
son sus tafanarios!

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